El próximo 15 de julio se cumplirán 221 años del descubrimiento de la piedra Rosetta por el soldado Pierre-François Bouchard durante la campaña francesa de Napoleón en Egipto.
Todos los amantes de la historia, incluso aquellos que no lo son, han oido hablar de la llamada piedra o estela de “Rosetta”, por haber sido clave para desvelar la antigua escritura egipcia, que hasta el siglo XIX solo los hombres podían admirar en templos, manuscritos, y todo tipo de estructuras del antiguo Egipto, sin llegar a conocer qué significaban aquellos jeroglíficos misteriosos que se hallaban por todas partes del país.
Su transcripción y traducción completa se la debemos al francés Jean-François Champollion, quien es considerado padre de la egiptología. Champollion presentó oficialmente en septiembre de 1822 su descubrimiento, teniendo en cuenta que lo hizo sin haber cumplido su sueño de visitar Egipto, algo que haría unos pocos años después.
En esta recreación podemos observar como fue realmente la estela original, muy diferente a la que hoy conocemos, y que podemos visitar en el Museo Británico de Londres.
Hasta aquí todo lo que algún día hemos oido sobre la piedra Rosetta, pero realmente quién se ha leído alguna vez su traducción al español. La repuesta es muy poca gente, ya que solo expertos o verdaderos amantes del mundo de la historia se han parado a ello.
Hoy en soyhistoria.com os damos la oportunidad de ello, y os dejamos ese texto que el francés Champollion pudo descifrar por entero
“En el reinado del joven —quien ha recibido la realeza de su padre— señor de las coronas, glorioso, que ha consolidado Egipto y es piadoso hacia los dioses, superior a sus enemigos, quien ha restablecido la vida civilizada de los hombres, señor de las Fiestas de los Treinta Años, como Hefesto el Grande; un faraón, como el Sol, el gran faraón de las regiones alta y baja, descendiente de los Dioses Filopatores, a quien Hefesto ha aprobado, a quien el sol le ha dado la victoria, imagen viviente de Zeus, hijo del Sol, Ptolomeo eterno amado por Ptah; en el noveno año, cuando Aëtus, hijo de Aëtus, era sacerdote de Alejandro…;
Los sumos sacerdotes y los profetas y los que entran en el sagrario para vestir a los dioses, y los portadores de plumas y los escribas sagrados, y todos los demás sacerdotes… estando reunidos en el templo de Menfis en este día, declararon:
Desde que reina el faraón Ptolomeo, el eterno, el amado de Ptah, el dios Epífanes Eucaristos, el hijo del rey Ptolomeo y la reina Arsínoe, dioses Filopatores, han sido muy beneficiados tanto los templos como los que viven en ellos, además de todos los que de él dependen, siendo un dios nacido de dios y diosa —como Horus, hijo de Isis y Osiris, quien vengó a su padre—, y siendo benevolentemente dispuesto hacia los dioses, ha dedicado a los ingresos de los templos dinero y grano, y ha invertido mucho dinero para la prosperidad de Egipto, y ha consolidado los templos, ha sido generoso con todos sus medios, y de los ingresos y los impuestos que recibe de Egipto una parte ha sido condonada completamente y otra reducida a fin de que el pueblo y todo lo demás sea próspero durante su reinado… ;
Ha parecido bien a los sacerdotes de todos los templos en la tierra aumentar considerablemente los honores existentes al faraón Ptolomeo, el eterno, el amado de Ptah… y se celebrará una fiesta por el faraón Ptolomeo, el eterno, el amado de Ptah, el Dios Epífanes Eucaristos, anualmente en todos los templos de la tierra desde el primero de Tot durante cinco días en los que se deben lucir guirnaldas, realizar sacrificios y los otros honores habituales; y los sacerdotes deberán ser llamados sacerdotes del Dios Epífanes Eucaristos además de los nombres de los otros dioses a quienes sirven, y su clero se inscribirá a todos los documentos formales y los particulares también podrán celebrar la fiesta y erigir el mencionado altar, y tenerlo en sus casas, realizando los honores de costumbre en las fiestas, tanto mensual como anualmente, con el fin de que pueda ser conocida por todos los hombres de Egipto la magnificencia y el honor del Dios Epífanes Eucaristos el faraón, de acuerdo con la ley”.
Después de leer este texto, hay que avisar a nuestros lectores que se trata de la traducción de la completa versión inglesa ofrecida por Edwyn R. Bevan en The House of Ptolemy (1927) y que siempre existen pequeñas diferencias entre las traducciones al griego clásico y el egipcio antiguo.
Os dejamos con esta imagen en alta definición para que podáis acercar y ver cada uno de los caracteres: